martes, 21 de octubre de 2014

«Berlin, Puerta de Brandemburgo», de Anna Rossell

Poema «Berlin, Puerta de Brandemburgo», de Anna Rossell; In nomine Auschwitz  (Antología de la poesía del Holocausto)  Estudio, selección y notas de Carlos Morales.  (En preparación; L. Ref.  Amela Einat, "La cicatriz del humo” (Novela) Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed. Tarancón de Cuenca, 2005. PVP 10 Euros edicioneseltorodebarro@yahoo
Museo del Holocausto. Washington, D. C.
Estudio, selección y notas de Carlos Morales.
(En preparación) 

Anna Rossell
(1951)
Berlin, Puerta de Brandemburgo

Traducción de Anna Rossell
           


 
Berlín, Cora-Berliner-Straße eins
son millones las voces de los muertos hablan
desde el cemento desde la piedra fría y uniforme
del horror clama ensordecedor un inmenso silencio
reclama la presencia de los muertos
es un cemento igual un mismo negro igual
infinita llanura homogénea de la muerte
de sufrimiento igualmente infinito y cotidiano
de incertidumbre igual no tiene nombres el cemento
son tantos millones los nombres gritan al cielo
los nombres y el cielo no responde a tantas voces
la razón enmudece ante estas muertes
la muerte me engulle poco a poco me lleva
por los oscuros pasillos del cemento tienen
un destino cierto es intricado pero cierto me aísla
del exterior la muerte me atrapa en el seno
del laberinto es de cemento de ceniza
esta muerte me atraviesa la piel con dedos finos
esta muerte me hace un nudo en la garganta
me ahoga con mano férrea y decidida esta muerte
la muerte tiene las paredes altas y oscuras
empequeñece reduce evapora del todo esta muerte
el suelo bajo mis pies es inseguro no es llano el miedo
que me posee el ahogo es ondulado no hay cielo
más allá de las paredes tan pequeña me siento en el seno
de la muerte falta el aire en esta oscuridad el cemento
el cemento lo invade todo presencia absoluta
del cemento presencia absoluta de la muerte
es vertical la muerte y horizontal horizontales
son las tumbas de los muertos no ocupan las tumbas
estos muertos ocupan el aire que no hay son de ceniza
de cemento son recuerdo de ceniza del pasado compañía
de ceniza en el presente ceniza por que no sea en el futuro
aquí los caminos son tantos y tantos caminos llevan
al destino cierto conducen al mismo lugar estos caminos
caminos que llevan a más y más caminos
que conducen de nuevo a más caminos repliegues
matizados del sufrimiento alguien de repente atraviesa
a lo lejos el mío alguien más allá me ve desde el suyo
un tercer hombre cruza mi camino vamos solos
son solitarios y de muchos los caminos es solitario y de millones
el destino el camino de la muerte es igual diversamente igual
proviene de distintos lugares aboca al mismo lugar aboca
al mismo lugar aboca al mismo lugar
aboca al mismo
lugar


***

Berlin, Brandenburger Tor

1        berlin, cora-berliner-strasse eins
da sprechen millionen von toten aus dem zement
aus stein einförmig und kalt vom grauen
ohne maß klagt eine dröhnende stille
5        klagt die gegenwart der toten ein
gleichförmiger zement dasselbe eintönige schwarz
endlos einförmige ebene des todes
des leidens ebenso endlos wie alltäglich (jahraus jahrein)
an ewiggleichem zweifel ohne namen der zement
10      millionen namen sie schreien zum himmel
die namen und der himmel schweigt zu all den stimmen
verstand wird stumm vor diesen toten
der tod verschlingt mich nach und nach führt mich
durch dunkle flure von zement sie haben
15      fraglos ein ziel es ist verschlungen aber fraglos es trennt mich
von der außenwelt der tod packt mich im schoß
des labyrinths ist zementierte asche dieser tod
fährt mir durch die haut mit dünnen fingern
dieser tod schnürt mir die kehle zu
20      würgt mich entschieden mit eiserner hand dieser tod
der tod hat hohe dunkle wände
erniedrigt, verstümmelt, löscht aus ohne rest dieser tod
unter den füßen schwankender grund unstet die angst
die mich besitzt ersticken in wellen kein himmel
25      jenseits der wände so klein bin ich im schoß
des todes luftnot in diesem dunkel der zement
durchdringt alles absolute gegenwart von
zement absolute gegenwart des todes
senkrecht ist der tod und waagerecht
waagerechten sind die gräber all der toten
diese toten bevölkern ihre gräber nicht
diese toten bevölkern die luft die es nicht gibt zementierte
asche erinnerung aus asche der vergangenheit gefährten
aus asche in der gegenwart asche für ein morgen ohne sie
hier sind die wege so viele und so viele wege führen
35      zum fraglosen ziel sie führen zum selben ort diese wege
wege die zu mehr und noch mehr wegen führen
wege führen wieder zu weiteren wegen knicken ab
schattiert vom gram mit einem mal quert einer
in der ferne den meinen einer weiter weg sieht mich von seinem
40      ein dritter mann kreuzt meinen weg wir gehen jeder allein
einsam und bevölkert die wege einsam und millionenfach
das schicksal der weg des todes ist gleich mannigfaltig gleich
kommt von andern orten führt zum selben ort führt
zum selben ort führt zum selben ort
führt zum selben
ort

***
  
Berlín, Porta de Brandemburg

Berlín, Cora-Berliner-Straße eins 
parlen milions de morts des del ciment
des de la pedra freda i uniforme de l’horror
clama la immensitat del silenci eixordador
reclama la presència dels absents
és un ciment igual un mateix negre igual
infinita planura homogènia de la mort
de sofriment igualment infinit i quotidià
d’incertitud igual no té noms el ciment
són tants milions els noms criden al cel
els noms i el cel resta mut a tantes veus
la raó emmudeix davant de tantes morts
la mort m’engoleix a poc a poc em porta
pels passadissos foscos del ciment tenen
un destí cert és intricat però cert m’aïlla
del exterior la mort m’atrapa en el si
del laberint és de ciment de cendra
aquesta mort em travessa la pell amb els dits fins
em fa un nus a la gola aquesta mort m’ofega
amb mà potent i decidida aquesta mort la mort
té les parets altes i fosques empetiteix
redueix esvaeix del tot aquesta mort
el sòl sota els meus peus és insegur no és llisa la por
que em posseeix l’ofec és ondulat no hi ha cel enllà
de les parets tan petita em sento dins la mort
hi falta l’aire dins de la foscor el ciment
el ciment ho envaeix tot presència absoluta
del ciment presència absoluta de la mort
és vertical la mort i horitzontal
horitzontals són les tombes de tants morts
no ocupen les tombes aquests morts ocupen
l’aire que no hi ha són cendra de ciment
són record de cendra del passat companyia
de cendra en el present cendra perquè no sigui
en el futur aquí els camins són tants i tants camins
porten al destí cert porten al mateix lloc aquests
camins camins que porten a més i més camins
que condueixen de nou a més camins replecs
matisats del sofriment algú de sobte travessa
al lluny el meu algú altre més enllà em veu
des del seu un tercer home creua el meu camí
tots anem sols són solitaris i de molts aquests
camins és solitari i de milions aquest destí
el camí de la mort és ben igual diferentment igual
prové de distints llocs aboca al mateix lloc aboca
al mateix lloc aboca al mateix lloc
aboca al mateix
lloc


De su libro
Àlbum d’Absències,
Ed. Playa de Ákaba, 2013
El Toro de Barro
 Amela Einat, "La cicatriz del humo”, Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed., Tarancón de Cuenca, 2005. PVP 10 Euros, edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Amela Einat, "La cicatriz del humo” (Novela)
Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancón de Cuenca, 2005.
PVP 10 Euros

 
















miércoles, 15 de octubre de 2014

«La tumba del soldado», de Verónica Pedemonte




Verónica Pedemonte

 La tumba del soldado
A Clarisa Pinkola Estés


Hoy me he sentado a reírme del mundo.
Aquí, en París, en honor de mi padres,
que corrían bajo el aguacero en el 68.
Me he sentado a reírme con ganas
porque ya lloré sobre Santiago y cierra Chile,
los venerables ancianos van en silla de ruedas,
escupen en la tumba de Allende.
He tomado una hoja de hierba y un martini,
es una risa cool, elegante y pausada,
me dejé la aceituna sobre la tumba del soldado.
Me llamaban los héroes anónimos desde los mausoleos:
No des un paso más, dijeron. Observa las estrellas.
En aquella galaxia olvidada habitaban sus sueños,
sueños de amor, pasiones imposibles, vidas pequeñas
donde gigantes se calientan las manos...
Me he sentado a reírme del mundo.
Es una risa obscena, descarnada, maldita.
Es una risa pura, infantil, inocente.
Una risa torpe, de principiante, dispuesta
para la comedia humana y Melibea soy.
Y Verlaine y Gaugin levantaron la cabeza.
Y Jean Paul Sartre levantó la cabeza, y Rousseau,
muy consciente, sacó a sus hijos de la inclusa.
Cuánto me reí, al lado del retrato de Jeanne Hébuterne,
al final les venciste, dije, mientras un empleado
del museo sacaba brillo al mármol.
Y me senté a reírme en Montevideo,
al pie de la estatua de Artigas, con Juan Gelman y Mario Benedetti.
Los tres pensaron: ¿Dónde estaban las muchachas aquellas?
Alguien parecido a Borges bailaba un tango
con una joven de navaja en la liga
en algún callejón de Buenos Aires.
Sed felices, decía, tenéis el deber de la esperanza...,
pero ya no era ciego, ni siquiera miope.
Me he sentado a reírme cerca de Auschwitz y de Treblinca.
Los muertos tienen derecho a escuchar mi alegría.
Reí y reí, hasta que se me saltaron las lágrimas.
Entonces puse las manos y canté sobre los huesos.

 
 
De su libro
Cuando Europa era el mundo


Otros poemas de
Verónica Pedemonte
 
Grandes Obras de 
El Toro de Barro
 Amela Einat, "La cicatriz del humo”, Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed., Tarancón de Cuenca, 2005. PVP 10 Euros, edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Amela Einat, "La cicatriz del humo” (Novela)
Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancón de Cuenca, 2005.
PVP 10 Euros
 


 















lunes, 13 de octubre de 2014

«Fechado en Auschwitz», de Juan Carlos Mestre




Estudio, selección y notas de Carlos Morales.
(En preparación)  

Juan Carlos Mestre
 (1957)
Fechado en Auschwitz 
 
 
El que habla ha visto desde el tren el humo de las herrerías ante la docilidad del trabajo, mas no ha reconocido el sonido de la rueda ni el hirviente vapor de la escoria al entrar en el agua. 
 
El que habla no es el que sufre, pero ahí está la caja de cartón con los triángulos amarillos recortados en paño. 

Yo he visto al que duerme sobre la sangre helada de los martillos, y al que de pie sobre los pedales de su velocípedo cruza el sábado para cantar en el coro. 

En ningún lugar este rostro que mira ha visto a la muchacha polaca, pero el que habla ha pasado su mano sobre la misma ventana y como el vaho al correr sobre el vidrio también él ha llorado. 

Haya resplandor en los que sufren, en aquellos a quien el dolor ha cifrado en la memoria del aire, el iluminado de ceniza que atraviesa la noche con su candelabro y el que es ya solo una muesca tallada en la mesa.

Hubiera el que habla oído otras veces, el derramado silencio de los peces solares y la exhortación a los vientos, esa hebra de luz que sostiene  al que canta, al que en la fecha de Pentecostés preside los actos de la amistad.

Ahora yo soy el inmóvil, no el que dice arderé y es fuego y se consume, sino el que oyó el pensamiento de su propio apellido en los altavoces del patio.
 

De su libro
La Poesía ha caído en desgracia
1ª Edición 1992
Reeditada por Ed. Calambur en 2014.
 


Otros Poemas de Juan Carlos Mestre


 

 
Grandes Obras de
El Toro de Barro

Carlos de la Rica, "Yad Vashem"   Biblioteca Internacional del Holocausto  Ed. El toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.  PVP: 8 euros Pedidos a:  edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Carlos de la Rica, "Yad Vashen”
Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancón de Cuenca, 2000.
PVP 10 Euros
Carlos de la Rica, "Yad Vashem"   Biblioteca Internacional del Holocausto  Ed. El toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.  PVP: 8 euros Pedidos a:  edicioneseltorodebarro@yahoo.es